Escorts femeninas ¿por qué cada vez más mujeres recurren a ellas?

El mundo del sexo profesional no es precisamente nuevo. De hecho, en muchas ocasiones la gente se refiere a este negocio como “el oficio más antiguo del mundo”. Y aunque es cierto que puede ser una exageración, lo que tampoco se puede negar es que siempre ha habido personas dispuestas a ofrecer su cuerpo a cambio de dinero, bienes u otros servicios. Era un intercambio que, de hecho, en muchas culturas, ni siquiera estaba mal visto. El ser humano sigue a día de hoy entregando sui mano de obra, en muchas ocasiones de una forma devastadora y arriesgada, a cambio de un salario. Las amantes profesionales hacen lo mismo, con la pequeña diferencia de que ofrecen una relación sexual, que suele tener una connotación más íntima. El sexo es algo demasiado importante y privado como para ofrecerlo a cambio de dinero. O esa es la mentalidad que nos ha llegado.

Aun así, son muchos los que recurren a estas profesionales del placer, y hablamos en femenino porque la gran mayoría de ellas son mujeres. Algunas vienen desde fuera del país y se instalan en grandes ciudades buscando oportunidades como amantes profesionales. Otras son jóvenes que necesitan el dinero para pagarse los estudios, o un ritmo de vida alto. En otros casos, muchas chicas se ven abocadas a este modo de vida por no tener otras opciones. Sea como fuere, las escorts femenina son mayoría, y como tal suelen atender mayoritariamente a hombres. Pero hay un fenómeno que está comenzando a ser cada vez más importante en los últimos años, y es el creciente interés de las mujeres por experimentar con esas escorts femeninas. Tal vez por curiosidad, por morbo, o por cualquier otro motivo, cada vez son más las mujeres de todas las edades que contratan los servicios de una acompañante profesional para probar algo diferente. ¿Están cambiando realmente las cosas?

Qué es una escort femenina

Una escort femenina es una mujer que trabaja como acompañante sexual para mujeres. Pueden ser jóvenes, siempre mayores de edad, por supuesto, pero también más mayores y maduras, y venir desde muchos países o haber nacido aquí, en España. Como se suele decir, para gustos colores, y por eso hay tanta variedad de escorts femeninas en nuestro país, especialmente en las grandes ciudades o en las zonas turísticas. La mayoría de amantes femeninas suelen entregarse con hombres de todo tipo y edad, pero también hay muchas que ofrecen compañía a otras mujeres. Sean o no lesbianas, esos servicios son un extra que las ha hecho abrirse camino en una nueva senda en este negocio, ya que cada vez son más las chicas que recurren a estas escorts en busca de un rato de pasión y placer sin límites.

Sobre sus servicios

Cada escort tiene unos servicios propios que ofrece a sus clientes, normalmente con tarifas separadas según la dificultad o el tiempo del propio servicio. Los más habituales son el sexo oral, los masajes y la penetración vaginal. Hay muchas escorts que también ofrecen sexo anal, aunque no son todas. Las fantasías, las posturas y las filias más extremas también pueden entrar dentro de estos servicios usuales, aunque habitualmente hay que pagar un extra por ellos. Dependerá de la escort si ofrece o no servicios para chicas, aunque es algo bastante habitual que las propias profesionales se distingan como “bisexuales”. En este sentido, los servicios suelen estar acompañados del uso de algunos juguetes sexuales para poner algo más de picante en la situación. A través de esos servicios, las mujeres que contratan a las escorts descubren muchas veces un nuevo mundo de satisfacción que hasta ese momento les estaba vedado.

Una experiencia con alguien de tu mismo sexo

Según varios estudios recientes, la mayoría de nosotros somos bisexuales por naturaleza. Es decir, hay muy pocas personas que sean cien por cien heterosexuales, o incluso cien por cien gais. Tal vez por nuestro condicionamiento social, por nuestras experiencias y deseos, finalmente nos acabamos “decidiendo” por un sexo u otro. Sin embargo, son muchos los que sienten curiosidad por disfrutar de una experiencia con alguien de su mismo sexo. Esto está más extendido precisamente entre las mujeres, que ven el sexo con otra mujer como algo divertido y excitante, al contrario de la mayoría de los hombres, que se sienten ofendidos si se les sugiere lo mismo con otros chicos. Todo está en nuestra mente y es un condicionamiento social, pero incluso así, las mujeres han logrado liberarse un poco en ese tabú. Por eso ahora tantas están buscando tener una experiencia deliciosa y sensual con alguien de su mismo sexo, y buscan a las auténticas profesionales para tener la seguridad de que esa experiencia saldrá bien.

Motivos por los que las mujeres recurren a ellas

Existen montones de motivos por los que una chica puede acudir a una escort profesional para disfrutar de sus servicios. Si la clienta es hetero, o al menos se designa como tal, la curiosidad suele ser uno de los motivos más habituales para llamar a las chicas de compañía. Probar algo diferente y especial, y tal vez descubrir una faceta nue8va de su sexualidad que hasta ahora estaba reprimida. En otras ocasiones, son mujeres que todavía están dudando sobre su sexualidad, o que han tenido malas relaciones con los hombres y quieren probar suerte con su mismo sexo, para ver si la conexión es mejor y pueden disfrutar mucho más del placer que se merecen. En el caso de las chicas lesbianas, el motivo está más que claro: quieren a una profesional que les excite de verdad, y que las lleve mucho más lejos en el sexo.

Es cierto que las mujeres que quieran probar este tipo de aventuras pueden encontrar perfectamente a otras chicas interesadas, fuera del negocio del sexo profesional. Incluso a veces son sus propias amigas las que se entregan con ellas en la pasión, con la confianza de saber que estamos entre personas fiables. Sin embargo, como ocurre al final con cualquier relación sexual, esta puede salir bien o mal, y no marcará realmente un punto de inflexión para nosotros. Buscar los servicios de una profesional tiene más que ver con la necesidad de estar con alguien que sí que entienda de esto y sea capaz de mostrarnos el camino a la auténtica satisfacción. Alguien que pueda darnos el polvo de nuestra vida, incluso sin sentir una verdadera atracción intensa por ella en ese momento.